lunes, 3 de diciembre de 2012

Primeros encuentros


Corría el año 1984. Septiembre para ser exactos. Yo acababa de abandonar nueve años de educación privada, católica, a cargo de monjas.

El lugar al que voy no me es extraño, pues al ser la menor de tres hermanos, ya conozco, aunque no en propias carnes, el instituto. Además, la pandilla con la que voy son todos mayores que yo, y ya son cotidianos usuarios de aquel lugar. Lo que me dio una gran ventaja el primer día de clase. Los  nuevos formamos parte del grupo de "los borregos", o lo que es lo mismo, dianas andantes para los veteranos, en las que poder descargar el coraje por las novadatas (borregadas) que tuvieron ellos que sufrir años anteriores. De todo eso, yo me libré. Iba bien protegida, nadie se acercó a mí a hacerme nada.

Uno de mis amigos de la pandilla ha repetido curso, eso, cuando repetir ¡¡¡no era una deshonra familiar, y se podía llegar a repetir hasta siete veces el mismo curso!!! Y lo más raro de todo: ¡¡¡NADIE SE TRAUMATIZABA POR ELLO!!!

Ha caído en mi misma clase. Está saliendo con mi hermana, por lo que, en ese momento, es mi cuñado. Como era el mayor de la clase, se presentó para delegado del curso, por lo que hubo que ponerle un nombre "artístico" para la campaña electoral, aunque creo recordar que solo se presentaba él. Al comienzo del curso, nos sentamos juntos en la misma banca, que eran de color azul celeste, en la cuarta fila. Delante de nosotros se han sentado dos chicos. No los conozco de nada. Y mira que yo he salido mucho.
Al poco tiempo, ya sabíamos sus nombres y que venían del colegio público Alonso Alcalá, y otro dato muy importante en aquellos tiempos: que eran de francés. Eso podía significar dos cosas, una: que nos separaríamos cuando llegara la hora de los idiomas; dos: que no tenían ni idea de inglés (si se habían matriculado en este idioma). Resultó ser la segunda opción la que se convirtió en realidad, ¡pobres!

Como decía, a mi cuñado había que buscarle un eslogan para la campaña. Por aquello de ser compañeros de banca, estos chicos tomaron partido rápidamente por él, claro. Pedro y Antonio. Para ser más exactos: Perico Barrios, o Perico B. o pollo 1, y Antonio Collado, o Collado o Llado. Fue este último quien de forma ingeniosa, ese ingenio y buen humor que le caracteriza, hizo un juego de palabras con su apellido y el inglés, curiosamente, y así fue como quedó el eslogan electoral: FARRE FOR PRESIDENT.
Eslogan que fue coreado, enarbolado, vociferado y hasta cantado, de forma innecesaria, puesto que como dije antes, él era el único candidato en la clase. Pero fueron estos nuevos compañeros los que contribuyeron a que la mayoría de la clase nos uniéramos en un único grito.

Estos se convirtieron al año siguiente en miembros activos, importantes e irreemplazables de nuestra pandilla. De lo que fue una segunda generación de la pandilla. Puesto que los miembros masculinos que en ella había, se fueron distanciando, convirtiéndose ellos a partir de 2º de BUP en nuestros niños. Conocidos y apreciados desde primero pero nuestros niños ya en segundo.

Siempre recordaré a aquellos dos chicos sentados delante de mí, Llado justo delante, Perico delante de Farre, y que siempre estaban vueltos hacia atrás hablando con nosotros, hablando e ideando cosas, con las que entretenernos e hincharnos de reir.




No éramos nada más que colegiales con ganas, muchas ganas, de comernos el mundo. Casi toda nuestra vida giraba en torno al Instituto, y a las carpetas y libros que nos encargábamos de pasear bien, y a esos amores y desamores... primeros amores, primeros amores...

miércoles, 31 de octubre de 2012

Mi amiga de la isla


Hoy no tengo tiempo ni nada maduro que contar. Pero escuchando una canción, no sé por qué me he acordado de cierta personilla, que no por el diminutivo es menos Grande en mi vida. Y ya lo lleva en su apellido así que más vamos a decir. (Si tú encuentras la razón de por qué te recuerdo con esta canción me lo cuentas y lo cuento).

Va por tí, "mi amiga de la isla". La letra, en lo poquito que pillo, tú pillarás más, es todo para tí.

sábado, 27 de octubre de 2012

Una chica llamada Dori

Vigo, 1986, domingo por la tarde, bailando en una discoteca que cerró a las 9 de la noche. Canción que bailamos una y otra vez, con los sombreros de La Toja, para rememorar aquella tarde extraña.



Dori era una niña normal, nada en su vida hacía pensar que le fuesen a suceder los hechos que a continuación voy a narrar.

Desde bastante pequeña destacó por su carácter particular: abierta, extrovertida, confidente, simpática y muy familiar. Entendiendo por esto último que quien estaba a su lado se sentía muy agusto, tanto como si estuviera en su propio hogar rodeado de su familia y, esto facilitaba mucho las cosas a aquellas personas que se unían a la pandilla de nuevas, integrándolas en el grupo con gran facilidad. Otro rasgo de su personalidad, tan propio y tan exclusivo suyo, la llevó a ganarse un apodo entre todos nosotros. Si había algo que ella no podía consentir es que los miembros de la pandilla se separaran un día de salida. Podían darse dos razones para ello:

- una: los niños querían montarse la fiesta por su cuenta.
- dos: no conseguíamos ponernos de acuerdo sobre el local al que ir. La única posibilidad era dividirnos y  que cada quien fuese a su lugar de preferencia... 

Tan sólo había una opción viable para solventar el problema, y era:

- no separarnos e ir juntos a todos lados.

Menudas peleas en mitad de la calle, con la pelona que caía en invierno y la mayoría de las niñas en minifalda.  

Y por esta forma de ser suya, Dori se ganó el sobrenombre de "la mama", que si no recuerdo mal fue Llado quien la bautizó.

En el momento molestaba ese empeño suyo en no consentir que nos separáramos, pero hay que decir que, pasado el tiempo, no queda otra que agradecérselo, porque fue tiempo que permanecimos juntos. Tiempo que la vida adulta no nos podrá arrebatar. 

Pero no es eso lo que yo quería contar...

Vamos por la calle de la croasanteria, (la cual hoy ya no es la calle de la croasanteria, sino la de la Estefanía) y vamos camino a la Anubis. Vamos en dos grupos, en el de delante va Jose Carlos, y detrás vamos Dori, el resto y yo. Dori ese día está de muy buen humor y con ganas de juego. Me mira y me dice, espera, ahora verás. No digo ni media, y observo. Ella que sale a correr dirección Jose Carlos y, lo asalta por detrás echándosele encima, sólo con la intención de darle un susto. Jose Carlos, el pobre, tan concentrado en su conversación, no puede reaccionar, y del sobresalto que se lleva cae al suelo y Dori detrás, claro está. 

El resto no salimos de nuestro asombro:

- ¿Pero a qué viene esooooooo?

Mientras tratamos de ayudarlos sumergidos en una vorágine de carcajadas.

Y hoy, hasta aquí puedo contar.




miércoles, 24 de octubre de 2012

Mi pandilla


Los recuerdos de mi vida, desde muy jovencita, siempre están relacionados con mis amig@s. En un principio, el grupo estaba compuesto solo por niñas, de las amigas de las que alguna vez he hablado en Cometas rojas, y al que a mí me gusta llamar "la pandilla primigenia", son muy pocas, por no decir una o dos, con las que no seguimos manteniendo el contacto. Pero el transcurrir del tiempo no dejó de darnos oportunidades. Algunas personas salían del grupo, por motivos varios, y otras nuevas entraban. Algunas de las que entraban volvían, con el tiempo, a desaparecer, y en cambio, otras, se quedaron para siempre.

No fue hasta alrededor de los quince años, si no me falla la memoria, cuando empezamos a autodenominarnos Pandilla, por definición, aunque también nos solíamos llamar "la gente" ("¿dónde ha quedado la gente?")

El vínculo que formamos "los primeros", de alguna manera se lo supimos transmitir a los nuevos que llegaban, formando un grupo, que aunque no hemos dejado de tirarnos los trastos a la cabeza una y otra vez, (como es lo normal en las relaciones muy estrechas) y, con el paso de los años, esa necesidad que nacía de dentro de quedar y estar juntos a diario fue desapareciendo, he descubierto, que sigue fuerte y vivo en el corazón mío y de mis amigos, aunque en el mío yo ya sabía que ahí seguía.

Volver al pasado y recordar no es malo, nos devuelve a la memoria quienes somos, porque la vida, a veces, se encarga de hacérnoslo olvidar y creo, que de eso se trata este blog. De poder tener un hueco, donde refrescar la memoria y rejuvenecer un poquito el corazón, que es el que en realidad, nos mantiene jóvenes, y volver a ser los mismos locos que estábamos tirados dia sí y día también en la calle, o en la taberna del Kuasis, o en el Fénix, o en el Copa, o en la Belle, o en la Anubis, o en el Blue, o en el Bolero, a veces, sin hablar y aburridos como ostras, sólo disfrutando de la música y del simple y llanamente, estar.

Este blog es para vosotros, es mi regalo, por vuestra reacción y acogida a mis palabras, y por vuestos reclamos para que siga contando, así me lo habéis pedido y yo con gusto os lo regalo.


               En la Anubis, bailando entre sábanas blancas 
                               (Erasure-Sometimes)